Hermosillo pone a temblar al PRI

* La popularidad del ex futbolista frente al bulto Duarte
Mussio Cárdenas Arellano

A punto del delirio y las lágrimas los priístas de Veracruz, por la nominación del ex futbolista Carlos Hermosillo como candidato a diputado federal del Partido Acción Nacional por el distrito de Córdoba.
Ven en la estrategia panista una auténtica amenaza a las aspiraciones de Javier Duarte de Ochoa, el delfín del fidelismo, de llegar al palacio legislativo de San Lázaro.
Ni Duarte ni Hermosillo son políticos –mejor dicho, son malos políticos— pero cuando menos el panista es depositario de la popularidad que le dio su paso por el futbol. Duarte no es más que un bulto, egresado de la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno estatal, padre del engendro llamado Bursatilización, una maniobra financiera que provocará un endeudamiento de 30 años a los ayuntamientos veracruzanos.
Duarte carece de empaque, de trayectoria y de simpatía. Hermosillo llega con la bendición del diputado y ex candidato a la gubernatura de Veracruz, Gerardo Buganza Salmerón, el hombre fuerte del panismo en la región de Córdoba. Hace 48 horas todo era tranquilidad en el PRI; hoy en día son focos rojos.