jueves, 29 de enero de 2009

Apoyará UV la recuperación de Barranca Grande

• Convocan a donar víveres para ayudar a los damnificados; se recibirán en Xicoténcatl número 99, Colonia Centro, en Xalapa
José Luis Pérez Chacón, Armando Pastrana, Agustín Grajales y Rafael Sol, conformaron un equipo de la UV que visitó la zona para evaluar los daños

Barranca Grande estado habitada desde el año 1800, por ello resulta comprensible que los habitantes no quieran abandonar el lugar donde nacieron ellos y sus bisabuelos

A la fecha, más de 300 habitantes han regresado a la comunidad


David Torres

Barranca Grande es una comunidad que pertenece al municipio de Ixhuacán de los Reyes y está casi en la colindancia con el estado de Puebla. La congregación fue desalojada en septiembre pasado debido a los deslaves de la época de lluvias. Toda la población fue trasladada a la cabecera municipal. Desde ese momento, y hasta hace pocas semanas, 800 personas vivieron en un salón social apoyadas por el gobierno y el ejército.
Ahora, los habitantes de Barranca Grande regresan poco a poco a la cosecha del café, actividad que es su sustento y sin la cual no podrían sobrevivir. Sus tierras están cerca de lo que fueron y ahora vuelven a ser sus hogares y se restablecen para poder levantar la primera cosecha del año. Aunque saben que la zona ha sido catalogada como “zona de derrumbe y deslaves”, lentamente empiezan a habitar la recientemente dañada comunidad.
Protección Civil del Estado y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) han dicho que no se debe regresar a la zona de alto riesgo y han puesto en la entrada de dicha comunidad un letrero que dice: “Prohibido habitar y construir”, pero pobladores que llevan más de tres o cuatro generaciones en el lugar han hecho caso omiso.
El antropólogo José Luis Pérez Chacón lleva muchos años trabajando en la zona, en la Casa UV de Coyopolan; junto con Armando Pastrana, Agustín Grajales y Rafael Sol, conformó un equipo de la UV que visitó la zona para evaluar los daños ocurridos en septiembre pasado.
Al llegar al lugar, la esposa del delegado municipal comentó que desde diciembre más de 300 habitantes han regresado a la comunidad: “Sabemos que en mayo tendremos que irnos al albergue otra vez, pero no podemos quedarnos ahí ahora, porque debemos trabajar en la cosecha del café. Si no, ¿cómo le hacemos?”, dijo.
Al preguntarle a la señora Rizo si han recibido algún apoyo desde que regresaron, contestó: “No, en el albergue nos daban los alimentos necesarios, pero cuando se acabe eso, ¿quién nos asegura que tendremos con qué vivir? Por eso regresamos, porque no podemos estar todo el tiempo en el albergue”.
Desde septiembre que ocurrió la tragedia se prometió trasladar a la población a un sitio seguro. El terreno ya está comprado pero aún no se da ninguna orden para llevar a cabo el reacomodamiento de la población.
Por su parte, el grupo de universitarios busca convocar a quien desee ayudar para poder entregar víveres en el lugar: “Agustín y yo llevamos más de 12 años llevando apoyo a comunidades; todas las ocasiones lo hemos hecho cerca del Cofre de Perote, pero al hablar con José Luis, nos enteramos de la situación y decidimos brindar nuestra ayuda”, comentó Armando Pastrana, de la Unidad de Organización y Métodos de la Universidad.
La situación en la comunidad es precaria y aunque se ha dicho que la zona es inhabitable; la Sedesol sigue utilizando la comunidad como punto de reunión para entregar el apoyo del programa “Oportunidades”. Decenas de personas esperan desde temprana hora la llegada del apoyo económico y vienen desde las comunidades de Ziuxil, Comalixhuatla, Jepitla y Villa Nueva.
Y es que antes de lo ocurrido el año pasado, la congregación de Barranca Grande era la más numerosa de la cabecera municipal, habitada por mil 700 personas aproximadamente, y ha estado habitada desde el año 1800. Por tal motivo resulta un tanto comprensible que los habitantes no quieran dejar el lugar en el que nacieron ellos, y hasta sus bisabuelos.
La ayuda por parte de los miembros de la Universidad está planeada para el domingo 15 de febrero. Para el público interesado que quiera donar ropa, calzado, alimentos no perecederos y medicinas, la dirección a la que pueden acudir es Xicoténcatl número 99, Colonia Centro, en Xalapa, a nombre de Agustín Grajales.

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